El amor es un sentimiento bastante complejo de entender; los expertos científicos aseguran que no es real, que tan solo es una ilusión provocada por una hormona y que tiene una duración determinada (que oscila entre el año y los 2 años), Es decir que, una vez pasado ese tiempo, el amor quedará desvanecido. En páginas como http://www.porquepuedo.net te dan toda una serie de consejos para saber si estás o no enamorada de verdad pero... ¿de qué sirve saberlo si sabemos que, tarde o temprano, se va a acabar?
Pues, cómo establece el dicho, de amor no se vive; no podemos estar siempre pensando en el amor y en como nos hace sentir. Es cierto, llegará un momento en el que ya no sintamos lo mismo por nuestra pareja, pero esto no quiere decir ni mucho menos que no la queramos, o que ya no nos sintamos atraídos por ella.
Es entonces cuando empieza la prueba de verdad, la que realmente determinará si aguantamos a esa persona o si vamos a estar a su lado toda nuestra vida, es entonces cuando comienza lo que algunos llaman "amor de verdad".
Aquí es dónde se potencian algunos sentimientos como la confianza, la lealtad y el respeto: podemos completar las frases del otro, pero no por una fuerza mágica y una conexión mística, si no porque le conocemos, sabemos lo que piensa, lo que le preocupa, lo que le enerva... nos hemos convertido en un sólido apoyo y nos complementamos como si fuéramos un puzzle (y no solo en el ámbito sexual).
Y no es que tengamos que decir adiós a esas mariposas en el estómago que antes aparecían sin motivo, ahora las tendemos en momentos puntuales, cuando le volvamos a besar, cuando nos diga algo que nos gusta, cuando vivamos situaciones especiales a su lado...
¿El amor dura para siempre? No... pero si realmente queremos a la otra persona, si realmente somos su media naranja, nos daremos cuenta de que tenemos un poder mucho más grande que el amor.